Cuando los turistas conocen tu ciudad mejor que tú es que algo falla

Somos de aquí porque tiene que haber de todo y los guiris han llegado para recordárnoslo con sus guías actualizadas y lo último de Google Maps. Nos hemos convertido en la versión 1.0 para nuestra ciudad y eso no mola nada

En toda relación hay momento en los que la rutina hace mella. Crees conocer todos los detalles y secretos de esa persona del otro lado del sofá que te tira de la manta, pero en la mayoría de los casos se nos escapan datos que son tan fáciles de conocer que terminamos olvidando hacerlo: qué talla de pie usa, qué perfume le gusta o, puede incluso, que no tengas tan claro cuántos años tiene exactamente.

Y así pasa, llega el/la tipic@ guapit@ de cara y te levanta a tu pareja en un abrir y cerrar de ojos con su talante detallista y su mente retorcida capaz de retener hasta el último detalle.

Vía www.giphy.com

Este mismo drama amoroso se repite en la relación con tu ciudad: ¿Alguna vez te han preguntado dónde comer el mejor guiso de tu ciudad y te has quedado en blanco? Si la respuesta es sí, seguro que esta misma extraña sensación te ha ocurrido al preguntarte por la historia de grandes monumentos, qué cuadros están en qué museos o cuál es la mejor ruta para tomar cañas y pinchos. Vale listillo, puede que esta última no, pero seguro que con las otras no estás tan seguro.

Esto suele suceder porque el mejor sitio donde comer un guiso para ti es la casa de tu familia, tus visitas a museos fueron en 5º de primaria y el día que explicaron la historia de los monumentos más importantes estabas de pellas.

Total, que ha pasado el tiempo, nos hemos aplatanado en nuestra relación con la ciudad y los guiris han llegado para recordárnoslo con sus guías actualizadas y lo último de Google Maps. Nos hemos convertido en la versión 1.0 para nuestra ciudad y eso no mola nada.

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Tenemos planes para ti: dejar de ponerte celoso de los turistas, reflotar tu historia con tu ciudad y volverla a enamorar. Por eso, te enseñamos cómo reconquistar a tu ciudad en tres sencillos pasos.

1. Sé un turista

Lo que lees. Cálzate calcetines con chanclas y gorro pesquero y lánzate a por todas. Incluso, puedes currarte algún acento para unas risas aseguradas.

Recorre cada una de sus calles, los sitios turísticos,  festivales, museos y lo que haga falta para conocer tu ciudad a fondo. Si te vienes arriba, puedes ponerte algún documental con el que empollarte todos los detalles.

2. Vive como un turista

Seguro que estás harto de ver esas excursiones de turistas en las que el cabecilla (o guía turístico) va con una banderita y un micrófono mientras les va siguiendo toda una avalancha ansiosa de conocimiento o aburrida como ostras. No, no te vamos a aconsejar que te apuntes a una de ellas.

Lo último de lo último, la crème de la crème, es realizar planes con locales por la ciudad: rutas gastronómicas, excursiones privadas con un historiador, paseos en barco, un día a caballo… Tienes mogollón de planes con gente de tu ciudad en los que hacer cosas nuevas, conocer gente interesante y vivir tu ciudad a tope, como lo harían los mismísimos guiris.

Otra opción muy interesante es alquilar un apartamento con encanto en el centro de tu ciudad durante un fin de semana. Vivir por unos días en toda la «pomada» cosmopolita te hará sentirte por fin como un autóctono de verdad. 

3. Piensa como un turista

Ponte en su piel y enséñale a vivir tu ciudad con otros ojos. Conviértete en guía local y muestra tu ciudad a todo el que quiera conocerla.

Te servirá para afianzar tu relación con la ciudad, demostrarle a los turistas que es la más bonita around the world , hacer amigos y, además, sacarte un dinerillo extra.

Se podría decir que te estamos animando a hacer un trío con un turista y tu ciudad, pero aquí, tú eres la estrella. 

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