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Si sueñas con un mundo sin espumillón, el muérdago te da alergia y los mazapanes se te hacen bola, huye a uno de estos cinco destinos
Calvin Coolidge decía: “La Navidad no es un momento ni una estación, sino un estado de la mente”. Sabia frase, Calvin. Efectivamente, la Navidad es un estado de la mente chungo en el que tu mal humor se pone en modo ON con la primera nota de un villancico.
Un hater de la Navidad tiene pesadillas con el gato Tom felicitándole las fiestas. Para él oír un villancico hace sangrar sus oídos más que cualquier canción de Ylenia, llevar un jersey navideño es ir provocando y Papá Noel es lo más creepy que se ha echado en cara. En definitiva, la Navidad te pone triste, te asquea y es capaz de sacar tu lado más perturbador.
Por eso te traemos cinco lugares donde viajar si odias la Navidad que son lo más parecido a la tierra prometida de todo hater. Y no, no es la típica lista de destinos para vivir una Navidad diferente en las Seychelles o las Bahamas. Aquí la paz se respira cada diciembre pero no hace falta vender un riñón.
1. Canarias
¿Qué hay mejor que una cervecita en la orilla del mar? Mmm… ¿nada?
Las Islas Canarias son el destino más top para los que buscan un viaje de Navidad diferente. Sol, dunas y olas que harán olvidar cualquier atisbo navideño y, además, muy cerca de casa.
Puede ser la oportunidad perfecta para aprender actividades de agua, dar un paseo en barco o nadar con tortugas. En nuestro buscador de experiencias puedes encontrar actividades muy molonas.
Mientras todos lucen blanco nuclear y un par de kilos extra, vendrás a tope con el morenito y un subidón que te durará hasta verano.
2. Bulnes (Asturias)
Un buen escondite para que la Navidad no te encuentre es una aldea de Asturias a los pies de los Picos de Europa a la que solo se puede llegar en funicular, ¿verdad? Su nombre es Bulnes y cuenta con solo 20 habitantes durante el invierno.
Aquí no vendrás bronceado, pero viajar a la montaña en Navidad puede ser una oportunidad perfecta para un retiro rollo espiritual. Siéntete como un residente más del pueblo y vive una experiencia colaborativa de 10. Si y necesitas una pequeña dosis de ciudad siempre puedes acercarte a Gijón y disfrutar de una buena sidra.
3. La Graciosa
Aunque pertenece a las Islas Canarias, más concretamente a Lanzarote, hemos querido ponerla aparte porque es un lugar que tiene mucha miga y que no todo el mundo conoce.
Se trata de una pequeña isla que forma parte del Parque Natural del Archipiélago Chinijo, a la que solo se puede acceder en barco desde Lanzarote. Cuenta con dos pequeños pueblos, y cuando digo pequeños, me refiero a pequeños. El resto de la isla se compone de playas paradisíacas y caminos que recorrer en bici con unas vistas únicas.
Visitar La Graciosa en Navidad es una experiencia que te hará vivir la palabra DESCONEXIÓN en todo su esplendor. Además, aquí no encontrarás complejos hoteleros ni nada parecido al turismo «de lata».
Alquilar una casita con vistas al mar en Navidad y comerse un pescaíto autóctono como que apetece, ¿no?
4. Marrakech
Una buena dosis de exotismo es suficiente para sacar de tu cabeza la dichosa Navidad. Muy cerquita de España se encuentra Marrakech, el lugar idóneo si te apetece un viaje diferente en el que conocer otra cultura y gastar poco dinero.
Viajar a Marrakech implica visitar palacios árabes, excursiones por el desierto, cous-cous y un montón de puestecillos por si quieres llevar de vuelta a casa unos regalitos de NO Navidad. Ojo, aquí todo es bastante barato, pero nada tiene un precio estipulado, por lo que te tocará regatear con los vendedores. Al principio cuesta pero luego tiene su puntillo.
5. Ibiza
Sí, ya sabemos lo que estás pensando. Viajar a Ibiza en Navidad como que queda raro. Pero, a ver, tú eres un hater de la Navidad, a ti eso no te importa. ¿Tú no querías desconectar? Pues Ibiza es una isla perfecta para viajar si quieres evadirte del espíritu navideño.
Sí, aquí la Navidad se celebra, con su belén en la calle, su arbolito, sus villancicos y su todo. Pero, eso sí, te vas a pegar cada fiestón, que la Navidad se te va a olvidar o, puede incluso, que hasta te termine gustando.
¡Escóndete tras una duna, piérdete en la montaña, pégate una buena fiesta, tírate en la playa y que le d** a la Navidad!